Llegará el día

... Solo por la leve sospecha, por la melancólica, nostálgica, absurda e invencible esperanza de que despiertes un día, y decidas adornar mis letras con la magia de tu triste mirada...
Solo por eso, solo para eso, como todo, como siempre, estoy aquí...

martes, 19 de mayo de 2009

Capítulo III

¡Corre, corre, que cierran las puertas!




¿Qué tenía que ver contigo Danielita, todo esto de los fantasmas?, ¿porqué vengo a hablar de tu uniforme de escuela?. Pues bien, el amor, tal como lo aprendimos todos, como se supone que es, o como debería ser, en mi cabeza desprovista de ilusiones, no existía, o sea, me explico, cuando era niño y sucedía todo esto preciosa, o sea, con mis súper catorce años con pretensiones Don Juanescas, yo pensaba que el amor era mentira, sentía que era un invento, al puro estilo "dios existe y nadie puede decir lo contrario", y además, creía contar con suficiente experiencia en amores, como para comprobar que, en efecto, el amor no era verdad...... .........

Pronto regreso a ese tema chiquita bonita, solo regáleme un poco de tiempo para poder inventarme bien lo que le voy a contar, pues no quiero que se enoje conmigo... Aunque pensándolo bien, quien sabe, a lo mejor y la rabia puede hacer que sus ojitos vuelvan a abrirse para que yo entre en ellos otra vez... 

De su primer "saludo", esas palabritas lindas que intentaban esconder lo que en realidad sus ojos me intentaban decir, a la siguiente vez que me miraste, pasó una semana más o menos, es decir, cada día te miraba yo pues conocía el camino que recorrías cada mañana para ir de tu casa hasta la escuela, y yo, como perro de la calle (según mi mami) esperaba estratégicamente ubicado a que unos cinco minutos antes de las siete de la mañana, tu aparecieras como un ángel que llegaba a despertarme completamente (pues mi sueño se mantenía conmigo hasta bien entrada la mañana).

Y ahí estabas, cada día, casi atrasada, casi mía, y muy enamorada de mis ojos pero no lo sabias aun, ahí estabas caminando, cargando tu maleta comprada en la ciudad, exhibiendo tus medias blancas hasta el final de la pantorrilla casi tan blanca como las medias, exhibiendo tu faldita, más arrugada que plisada, igual blanca, y la camisa, más blanca que todo el resto, y el rojo, el chaleco y el saco, y la franja en los zapatos, el blanco y el rojo, eso eras mi Danielita en esos días que tu no me mirabas mirarte. En esos días que me amabas aún sin saberlo, y sin querer saberlo.

Rojo y blanco, apuro y cara de sueño y frío, siempre con frío, siempre con sueño mi amor, y no me mirabas, ni sabías que te miraba, y cuando esa voz te decía que yo estaba por ahí, solamente no le hacías caso, y seguías caminando, hasta que el portero de la escuela hacía las señas habituales para anunciar a todas las niñas que llegaban más o menos a la misma hora, que la puerta estaba a punto de cerrarse, entonces empezabas a correr, siempre la última cuadra era con tu carrera pequeñita que terminaba de despertar tu lindura pues sonreías al correr.

Decía que una semana después de la primera vez, en tu tienda, o de tus papis, o en el restaurante (¿qué dije que era?), en fin, no importa el lugar, lo importante era que nos separaba un mostrador, y nuestras almas que querían fundirse en un abrazo eterno desde esa tierna edad no podían hacerlo, pues el mostrador era muy alto, y tu actitud era un poco indiferente, (un poco de piedad con mi corazón que hubiera querido morirse después de mirarte) por no decir otra palabra, llena de armas atómicas, más grande y fea que indiferencia. 

Una semana después de ese primer encuentro, estaba yo, igual de bien ubicado en la misma esquina de siempre, en la que no podías verme y desde la que yo podía mirarte con total tranquilidad, y desde la que iniciaba mi seguimiento romántico, donde solo buscaba grabarme en mis ojos cerrados tu caminar apurado y de pasos chiquitos y rápidos.

Me grabé, por supuesto, hasta ahora podría, si quisiera, imitar tu caminar. (a lo mejor si te imito, tu te molestas conmigo como siempre que lo hacías, y para tratar de pegarme aunque termines besándome, te despiertas... ¿será?, ¿lo intento?, ¡abre tus ojitos!...). me grabé tu caminar decía, y lo importante de ese día no fue eso, porque eso lo hacía cada día, y lo último que diré sobre eso es que la calle Restauración y la calle Vargas saben de lo que hablo, y la escuela R.C.T. sabe cuantos suspiros iban detrás de ti cuando era solo tu espalda lo que miraba, una vez que el portero terminaba de cerrar la puerta, y yo podía, sigiloso, caminar y acercarme lo suficiente como para observar hacia dentro de tu escuela... 

Lo importante era, y no vuelvo a distraerme con otros temas, que ese día, una semana después de que en tu restaurante me miraste con amor, muy bien disimulado, nos vimos de nuevo. Mi escondite falló, tuve un descuido y permití que tus ojos taladraran mis defensas, me confié por ser experto en el sigilo diariamente practicado, y mi exceso de confianza significó que calculara mal los tiempos y que cuando según yo, tu debías estar recién saliendo de casa, aparecieras por la misma esquina de siempre, sorprendiendo mi preparación. 

Fue un lunes, y el rincón de siempre me esperaba, con los mismos malos olores de cada vez, y cuando estaba por llegar, o sea aún, en "terreno visible" observé con fastidio que mi pie derecho arrastraba el cordón del zapato, entonces solo me agaché y empecé a amarrarlo como siempre, aprovechando que en mis cálculos tu debías estar lejos todavía.

El proceso de amarrado de uno de mis zapatos que insistía en zafarse a cada momento (desde ahí aprendí a hacerlo con doble nudo, casi infalible como lo he comprobado hasta hoy) terminaba al instante, pero ahí, aun agachado, levanté mi mirada y sin saber si mi muerte era la que llegaba con esa sensación de mariposas en el estómago, o si era el anuncio de mi verdadero nacimiento, o si era que dios si existía y mandó a su más bello ángel a darme una lección, o si las navidades que me quedaban debiendo regalos habían juntado esfuerzos para sorprenderme de una vez, o qué se yo, lo cierto es que mientras pensaba eso, pasaste por mi lado, y me miraste, y no se si te pareció patéticamente graciosa mi imagen (agachado, inmóvil, sosteniendo los cordones del zapato equivocado -pues hace poco había amarrado el que necesitaba ese servicio- ya que en mi intento de disimular, y sin conciencia de ello, había cambiado de pierna), o si tu sonrisa significaba que por fin te había inspirado algo diferente a lo de la primera vez, o si, reconociste en mi mirada algo de lo que mi cuerpo niño estaba sintiendo, o si algo de la mujer que escondías me reconoció y habló por tus ojos, por solo unos segundos.

Pues bien, este capítulo habla de tu mirada porque es verdad que para mi todo cambió desde ese día, más de lo que había cambiado todo la vez que entré en tu restaurante y solo me "mataste con la indiferencia", casi matándome en el intento de verdad. 

Decía, antes de acordarme de un coronelito, que desde esta vez que me encontraste con las manos en la masa, y con mi posición de agachado, sosteniendo unos cordones que no necesitaban ser juntados, pues lo estaban ya, todo cambió de verdad.

No podía despertarme un día sin que sintiera con la fuerza de un huracán, la necesidad de buscar esa mirada, esa sonrisa, y no había fuerza humana, que lograra borrar mi sonrisa de idiota en todo el día, cuando algo de este día se repetía, es decir, si me mirabas de nuevo, o si sonreías de nuevo, o si, como sucedió un día, me dirigías la palabra... Es que cuando pasaba algo así, el mundo era azul, y la alegría de mi niñez, incomprensible para mis papis y compañeros, se mantenía hasta la noche cuando en vez de ovejas, debía contar suspiros, para poder dormir...

Y bueno, ¿qué tiene que ver esto, con la pornografía?... Pues bien, nada supongo, o mucho, lo que pasa es que mi pensamiento sobre el sexo y mi pensamiento sobre el amor se separaron en esos momentos. El sexo: la pornografía que era abundante y variada, si es que se puede dar el nombre de variada a algo tan repetitivo, y el amor: El amor eras tu. Tu, Danielita blanqui-roja, tu eras el amor, tu, Danielita de pasos rápidos, chiquitos y con frío, tu eras el amor, nadie más, nada más. Tu, Danielita mía que me amabas de siempre aunque no lo sabías, tu eras el amor, tu eres el amor aunque ahora no quieras abrir los ojos, tu eres amor, el amor.

 El amor solo existía porque existías tu, y todo el resto, pero de verdad todo el resto (dejando a un lado el amor a la familia y el amor a los amigos)todo el resto era cualquier cosa, no poco importante, es verdad, pero no era amor. No es amor. 






Perdona que me haya tardado tanto en publicar este capítulo preciosa, pero la semana que pasó fue un poco estúpida, y como dice el viejito-lindo que escribía amor, "la asquerosa y brutal puntualidad de la muerte", trastocó mi propósito de dejar esto varios días antes... Yo se que tu, aunque no abras los ojitos-sol que iluminan mi vida, compartes los minutos de silencio por la Tránsito, (¿te acuerdas todo lo que nos decía, cada vez que la veíamos?, ¿te acuerdas que triste alegría era ir a verla?... Mejor despierta amor, despierta ya... No te grito, solo te pido, despierta ya... )
Y se, que compartiste los minutos de silencio por el viejo-lindo benedetti (con minúsculas porque era tuyo, tuyito)... No te digo más...  No puedo por ahora...






domingo, 17 de mayo de 2009

Y otro minuto en silencio...


Sigo en pie
por latido
por costumbre
por no abrir la ventana decisiva
y mirar de una vez a la insolente
muerte
esa mansa
dueña de la espera

sigo en pie
por pereza en los adioses
cierre y demolición
de la memoria

no es un mérito
otros desafían
la claridad
el caos
o la tortura

seguir en pie
quiere decir coraje
o no tener
donde caerse
muerto.

Mario Benedetti, otro arco iris que la muerte enamorada obliga a recordarlo, a evocarlo, a rescatarlo de la verdadera muerte, del olvido...

Que la tierra te sea liviana, también a ti.


Si, preciosa, los viejos y las viejas lindas están dejándonos. El mal ejemplo lo puso tu abuelita...  

lunes, 11 de mayo de 2009

Minuto de silencio...
























"Ahora ya voy a casarme...... Pronto ha de venir mi novio y me ha de llevar a descansar"... 



Ha muerto Tránsito Amaguaña, muchos no la conocen, muchos no habrán escuchado hablar de ella, muchos quisieran saber quién es, qué hizo, que parte de la historia nacional tiene algo que ver con esta mujer, o qué, de lo que somos, le debe a ella, justamente a esta viejita del norte de Pichincha, algo.

En internet se puede encontrar algo sobre ella, quiero decir, de lo que oficialmente se sabe, por eso no hablaré de ese aspecto de su vida, lo poco que diré sobre esta mujer, esta madre, este ser humano, es más un homenaje personal que tratará de hacerme sentir desahogado, nada más

Un día me dijo "Ahora ya me voy a casar... Pronto ha de venir mi novio y me ha de llevar a descansar...". Ella tenía unos 94 años, más o menos cuando le escuché decirme esto, por eso en un inicio, mi torpeza y yo creímos que solamente estaba burlándose de algo, como siempre lo hacía... Lo cierto es que después, cuando ya estaba solo, empecé a revisar en mi cabeza mucho de lo que hablé con ella (que siempre hablaba con parábolas, con ironías, con sarcasmos, con poesía) y en ese momento un estremecimiento me recorrió las vértebras, de una en una, pues comprendí que ese novio al que ella aludía, un poco sonriente y con la mirada perdida en el horizonte, donde el sol moría con la tarde, ese novio no era otra cosa que la muerte, su día final... 

Su novio, el último, llegó el domingo de las madres, el 10 de mayo... Y en efecto, se la llevó a descansar.

Es una lástima que no cumplió uno de sus sueños, es verdad, podría juzgarse a éste como un capricho nomás, pues ella añoraba cumplir los 100 años y luego si, sentarse a esperar a su novio último... El novio no pudo esperar un par de meses más, se adelantó y cumplió su misión, se la llevó... Pobrecita?... Bueno, era muy muy pobre, pero tenía una riqueza de alma inigualable, y cuando digo pobrecita, lo que debería decir es: pobrecito el mundo que se quedó sin ella.
"Donde estés, si es que estás, estás llegando, será una pena que no exista dios... pero habrá otros, claro que habrá otros, dignos de recibirte..." Camarada Tránsito.


Si preciosa, ella se fue, ye estaba viejita y quizás ya era hora, aunque sigo creyendo que esto de la vida es solo una broma pesada... ¿Recuerdas esas charlas con ella?, ¿cuanto nos hacía reír entre lágrimas, por saber que esa infinita ternura escondía la consciencia integra de que sus días llegaban al final?... Tu silencio es hoy también por ella, por Tránsito, por máma tránsito, y hoy, solo hoy, mi tristeza está con ella... 


domingo, 10 de mayo de 2009

Día d



Odio caer en la tentación de hablar sobre la madre, sobre el día de la madre, y todo aquello que resulta estar establecido de manera robótica, bastante irracional por tanto, odio colaborar de alguna manera a esta, otra más, fiesta del consumo, pero la verdad, odiaría más, no pensar en mi mami ahora, no decir nada de ella en este espacio, odiaría más, pasar este día como si fuera cualquier otro sin permitirme el abrazo que vendrá más lueguito, cuando ella despierte y empiece la diaria preguntadera: ¿quieres comer hijito?, ¿cómo dormiste?, ¿cómo estás?, etc etc etc etc etc etc etc  etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc..................... y todas, pero todas las preguntas, hasta las que sabe que no debe hacer porque mi rostro se llena de rabia y tristeza, hasta esas, las hace con infinita paciencia que no importa si es que las contesto (a veces mal, lo reconozco con vergüenza) como debería, siempre tiene una sonrisa, así sea piadosa para mis ojos sedientos, aunque yo solo lo reconozca y en silencio, cuando ella haya dado media vuelta, envuelta en suspiros que me retumban dentro por un buen tiempo después de que se ha ido.

Además, no he conocido un amor que sea incondicional, como es el de las madres, digo "las" porque me imagino que con matices y en colores distintos, todas son iguales, aunque a veces equivoquen el camino, aunque a veces terminen dañando lo que quieren arreglar, aunque a veces por hacer mucho, dañen lo poco que estaba hecho...  Lo reitero, solo de mis papis, y bueno, de mis hermanos también, pero ellos creo que esperan al menos que yo sienta lo mismo por ellos, he sentido un amor que no me exige nada, un amor que nace solo, sin mi ayuda y que no necesita que yo haga nada ni deje de hacer nada para que se mantenga, crezca y para que yo lo reciba. 

Aprovecho para tranquilizar a mi mami: "No mama, (sin tilde) la gripe porcina no llegará a mi, y no hay que creerles mucho a los medios (nada de nada mejor), estaré bien, estaré bien".

Todos somos culpables de este día, el tradicional, y digo culpables porque si aprovecháramos mejor los no-días de la madre, entonces no sintiéramos la obligación de hacer o decir algo este día, y cuando digo nosotros, no me refiero a un grupo en particular, sino a la sociedad en su conjunto, si es que tal cosa existe, pues simplemente dejamos que nos arrebate el mercado una cosa que debía estar siempre presente en todas partes, es decir, homenajear a la mama de uno, y claro, no solo a ella, sino a todo el mundo por el que uno siente amor, así no sea "amor de madre", y no debíamos dejar que la idea estúpida de que hay cosas que no son necesarias, se instale en el cerebro.

Por ejemplo, y aquí si hablo de mi mismo: Se me hace imposible (no lo es, por supuesto) ir, abrazar a mi mami ahora mismo, y decirle que le quiero mucho. No puedo, no se cómo hacerlo, aprendí muy chico a callarme cosas y no puedo, y quiero hacerlo, es decir, ella lo sabe, ella obvio que sabe que daría lo que me queda de vida por ella, y sin dudarlo un segundo, pero no soy capaz de algo que me parece tan sencillo como decirle que le quiero mucho. Y peor, sabiendo que eso le haría muy muy feliz por un momento y que eso me aseguraría dosis extras de cualquier cosa en la casa. No soy capaz, me cortaron esas alas, me corte esas alas, cometí el error de sentir que hay cosas que "no son necesarias", y heme aquí ahora, arrepentido en lo más profundo de mi ser, por NO haber hecho cosas no-necesarias, por NO haber dicho cosas no-necesarias con mi propia Octavia de Cádiz, a la que tengo que mirar alejada de mi, con los ojos cerrados para mi, y con la esperanza casi muerta de que un día ella abra sus ojitos y yo pueda hacer con ella y decirle a ella todo un mundo de "cosas innecesarias", que sin embargo, significan tanto, pero tanto...

Y es la estupidez en su máximo esplendor, porque en cambio yo si pedía (en silencio a gritos) que me digan cosas que no eran necesarias, que hicieran conmigo cosas innecesarias, en fin, que venga mi mami y acaricie mi cabeza, eso tan simple, significa tanto para mi, especialmente a veces, y de hecho, no es necesario, puedo vivir sin eso, pero se siente tan bien... Yo si esperaba que ante una palabra mía, que ya era conocida, venga desde ti, la respuesta esperada siempre, y que tu sonrisa venga acompañada del beso de siempre mi amor, yo si esperaba eso, y siempre lo tuve, y siempre fue "innecesario", y siempre lo hiciste, y muy bien... Ahora, eso no era vital, podía vivir sin eso, pero me sentía tan bien, me sentía tan "en casa", me sentía tan tranquilo, tan vivo, que de hecho, creo que esas cosas son necesarias, vitales...

A ver si de algo me sirve haber sentido vergüenza de mi forma de actuar a veces. Ahora me levanto de aquí, y me lanzo a la cama de mi mami, a que me acaricie la cabeza mientras la abrazo e intento decirle que le quiero mucho mamá de la familia, si no fuera por ti, no existiría esta familia, y no me refiero a su papel de reproductora... Me refiero a todo lo demás. 




Este espacio "vacío" representa el tiempo que me separé de esta máquina y que fui a ver si soy capaz de hacer lo me estoy ofreciendo en el párrafo anterior...





¡Lo hice!, ja ja... Lo siento, perdona la emoción mi preciosa, es que fui y me lancé a la cama de mi ma, y aunque no pude decir casi nada, si la abracé mucho, solo dejé de abrazarla cuando empecé a sentir que era ella la que me estaba abrazando a mi. Entonces pensé que los papeles iban a invertirse, la apreté una última vez con mucha fuerza, sentí su apretón y me separé, tomé casi a la fuerza a mi hermano pequeño (10 años) y le hicimos el desayuno, y se lo llevamos a la cama, la verdad todo pareció rutinario (que no lo es de ninguna manera)...

Me siento bien, y creo que lo haré más seguido. Eso de abrazarle, quiero decir, pues eso de sentirme bien lo anticipo un poco menos sencillo... Hasta pronto, y feliz día a todas las madres y a las que no siendo, deseen serlo un día, y todas las que un día lo serán, queriéndolo o no, y a todas las que no saben si lo serán un día. Feliz día a todo el mundo, especialmente a las madres, así está mejor... 


sábado, 9 de mayo de 2009

Antes del capítulo...



La canción es en japonés (te sorprenderá amor, lo dulce que suena este idioma a veces), y el coro, en la parte "pertinente" dice: "forever love, forever dream", y como comprenderás, eso es suficiente para que se incluya antes de lo que voy a decir... Escúchala amor de ojos cerrados, quizás consiga regresarte a mi... 






.... Acabo de morirme.... Acabo de morirme..... Acabo de morirme....
Tengo que seguir escribiendo para cuando mi eterna compañera decida abrir sus ojitos míos, pero ahorita, en este preciso momento acabo de morirme... Pensé que no tendría el valor, pero como a los adictos a una sustancia les encierran en un cuarto (quitándoles todo tipo de armas y posibilidades de que atenten contra su vida) así acabo de encerrarme, encadenado y lancé la llave por la ventana de mi segundo piso... 

No puedo obligarle a que abra los ojos, muchas veces lo intenté, juro por el puto dios que sigue descansando que lo intenté y muchas veces. Abrir sus ojitos míos a la fuerza... No pude, y no es que me rinda, solo que es imposible, además, siento que le duele, o sea, no lo dice, pues no habla conmigo, pero siento que cada vez que mis manos toman sus párpados de seda e intentan abrirlos, ella siente dolor... No lo haré más, no quiero que le duela nada, y yo puedo esperar, si es que es verdad que el amor dura por siempre cuando es real (esa estupidez crecí creyendo, en lugar de creer en fantasmas o dioses) si es que es verdad pues tengo toda la vida, o lo que sea que esté viviendo, para esperarle... 





Pronto vendré con mi CAPÍTULO III... (perdón que lo anuncie tanto mi amor, pero no pensé que hoy iba a hacer esto que hice, por lo tanto no pensé que estas letras estarían aqui antes de mi capítulo...)...   Si vienes un día, te amo mucho, como te amé, y como te amaré: con todo.

parasiempremente tuyo y de tus ojos, me despido hasta que quieras. adiós mi propia Octavia de Cádiz, adiós...


viernes, 8 de mayo de 2009

¿Cómo puedo titular esto?

Hoy no pensaba regar ningún intento de reconciliación con el mundo, pues estoy medio dedicado a hacer en mi cabeza el capitulo III de la historia que me estoy contando, hoy no quería, de verdad, ensuciar este suelo inmaculado con la suciedad que traigan mis zapatos, esperaba resistir los deseos de matar los fantasmas que rasguñan mi cabeza desde dentro, no quería esperar que por estas letras tus ojos deambulen un día, no quería. Porque querer eso es tener esperanzas, y hoy no tengo ni una.



Es que todo iba bien, pero desperté.








Me mirabas, abrías tus ojitos cerrados para siempre, los abrías y me regalabas esa mirada que siempre me decía que todo está bien, y yo que solo quería mirarte, solo quería beber tu mirada, embriagarme hasta la inconsciencia, emborracharme de dicha, no quería nada más, solo mirarte la mirada, solo entrar otra vez en tus ojos y ahora si, sobrevivir lo que venga, pero con la certeza que mi lugar está ahí, dentro de ti.

Eso era suficiente, que me miraras, era más que suficiente, no pedía nada más, pero la vida me daba más: dijiste hola amor, me hablaste!, me dijiste amor, me miraste y tu voz, que en ese momento me di cuenta de que la recordaba perfectamente, entró por mis oídos limpiando todo a su paso, tu voz llegó a mi cerebro asustando a todos los fantasmas que moraban ahí desde que decidió ese dios vengativo que tus ojitos debían cerrarse para mi, para siempre aunque yo no lo crea. Para siempre aunque sea mentira, como la vida...

Me miraste y era más que suficiente, era lo que había pedido cada noche desde ese día, y no conforme con eso, que era demasiado para mi miedoso corazón, me hablaste, y la dicha tuvo un significado en mi diccionario, y empezaba a olvidar lo que la tristeza quiere decir, y empezaba a borrar de mis archivos lo que la desesperación de verte y saberte y no poder besarte era, lo que saberte cerca y no poderte estrechar con mis brazos tuyos era. Con estos mis brazos tuyos de siempre...

Estaba perplejo, incrédulo, tembloroso como un temblor del alma, miedoso como quien cree estar delante de una trampa en la que de anteman, sabe caerá, aunque se resista, y de pronto estaba entregado al sueño. Todo el miedo y lo malo cambiaba: las lágrimas se confunden con las palabras, las miradas se nublan con las lágrimas, la garganta se enreda entre tanta palabra, tanta emoción y tanta alegría mojada, como antes mojada, como antes con lágrimas, la alegría llorando, y te abracé... ¿Sabes lo que fue, abrazarte y sentir tu abrazo?, ¿tienes una leve idea de lo que mi cuerpo cansado de las mañanas y yo, sentimos con tu abrazo?... La vida debe sentirse así me dije, esto que siento es la vida me dijo el espejo, a los tiempos que lo visito, y solo porque quería verme feliz, quería reconocer en mis ojos la felicidad que estaba dentro y bien escondida del mundo por tus ojos cerrados... 

El espejo me miró, es verdad, y una voz me dijo que no lo hiciera, que no mirara dentro del espejo, que mantuviera mis ojos cerrados, que no era una buena idea, que primero te bese, que primero te de un beso, de esos que antes nos dábamos, esos no solo míos como los de este tiempo, sino uno de verdad, uno de los dos, un beso nuestro, un beso juntos... 

El espejo me miró, decía, y lo que vi fue el anuncio de lo que iba a pasar apenas abriera mis ojos... Cómo odio el mundo a veces, cuando abrí los ojos y me supe apenas despierto tuve deseos de morirme. Pensé que cerrando los ojos muy muy fuerte, a lo mejor volvía a dormirme, y alcanzaba a pedirte que me retengas ahí, contigo, y que me beses por favor mi amor, y que no sueltes mi mano y que me ayudes a mantener los ojos cerrados para no despertarme, pero no pude... El sol y su complicidad con la vida hería mis párpados cerrados con luz. Maldita luz de vida que me mataba...

Todo iba bien pero desperté


Todo el día he tenido la imagen de tu voz, ¿lo puedes creer? dentro del cerebro, todo el día he creído escucharte de nuevo, en la tarde quise convencerme que una siesta ayudaría, pero no pude entrar al mismo lugar, ya estaba cerrado, no dormí sino unos minutos, solo para corroborar que la puerta estaba cerrada de verdad. Esta noche pienso seguir con infantil exactitud los pasos que anoche me llevaron a ese mundo tuyo donde me hablaste después de mirarme enamorado de tu mirada... 






jueves, 7 de mayo de 2009

P a r a s i e m p r e m e n t e



¿Quieres escuchar una historia?

Atiéndeme preciosa, no importa que mantengas tus ojitos cerrados, solo atiéndeme y no creas si te dicen que he mentido...





... Las historias hay que contarlas con la verdad, pero siempre con esa mínima dosis de mentira que las haga creíbles, que las haga reales... Me atrevo a parafrasear a Saramago, y lo nombro, más por el cariño que le tengo, que por el respeto a los derechos de autor o el miedo de que se me acuse de plagio, además, no lo niego, debo querer un poco de su forma, un poco de su infinita ternura para contar las mentiras que me llenan la cabeza, por que sabido es, y "a las pruebas me remito", que vive en absoluto y autoconvencido engaño (hara-kiri en cómodas cuotas) quien cree y vive pensando con "fe y alegría" que el amor es para siempre, o que puede haber tanto amor en una persona hacia otra, que eso será suficiente para que esa otra, receptora, sienta lo mismo y en la misma medida y a su vez, se convierta en emisora... (nada que ver con la cansina teoría de la comunicación y sus medios, canales, retroalimentaciones, etc), sabido es, decía, y ojalá alguien pueda contradecir esta casi verdad absoluta a mis ojos, que eso de que el amor es la clave, la llave, el camino, solo está hecho para que uno tenga pretexto para sufrir y no encuentre, por más que busca, incluido dentro del espejo, a quien culpar, contra quien descargar la rabia, a quien matar para vivir, como sí parece ser la vida real, la que quieren que aprendamos a vivir.

No quiero desviarme del tema que pensaba dejar aquí, así que terminaré mi queja (¿otra?) diciendo que yo crecí lleno de mentiras en mi cabeza, y bastante creído de su veracidad, de  veritas de veritas yo creía que la llave era el amor, ("the key to the universe... is love", te acuerdas linda mía, esa canción que te tenía haaaaarta? y que disfrutábamos juntos, no se si más por la letra o por la voz del Kiske...) que con amor todo se puede y esas cosas que suenan bien y que en las películas se cansan de demostrarnos, son ciertas...

Empiezo "mi" historia y regreso al tema de las mentiras para poder contarla con la verdad, porque tengo algún problema: me explico, lo que leerás, dormilonita (si es que acaso lo haces un día, si es que acaso tus ojitos se abren de nuevo y vienen por estos campos secos con tu agua de arcoiris) en verdad sucedió y hace poco, o sea, en este mismo año (2009, mayo) y en este mismo mes, y fue por aquí cerca (quedemos en que dentro de Ecuador), pero parece que irremediablemente recurriré a mentir en algunas partes y quisiera anticipar, para que luego, pues la historia es real, nadie vaya a decirte que te he mentido, en fin, no importa, espero que sea creíble, porque, prometo (ya empecé a mentir, las promesas son la cara que el espejo le devuelve a la mentira y viceversa), bueno, no prometo, pero yo lo vi, con mis ojos. (¿otra mentira?), bueno, vi una parte, el resto me contaron, y mucho del resto se hizo público, pues los escándalos, y más los de este tipo, se riegan inmediatamente, de hecho haciendo que la mentira y la verdad se fundan en un abrazo imposible de romper. Por eso es que creo que lo que voy a decir es verdad, aunque tenga mentiras dentro...

Estaba yo, plácidamente (mentira, estaba con dolor de cuerpo y mal sentado, me dolía mi final de la espalda y no atinaba ya, cómo acomodarme en el sillón que al inicio del día siempre me parece cómodo) Estaba yo, SENTADO, escribiendo un poco y oyendo un poco de música: Oía la locura de voz de esta chica que no recuerdo el nombre (el disco se llama "Saana - Warrior of light parte 1- journey to the crystal island) que lleva, pero el "dueño" del grupo es el que era guitarrista de stratovarius, ¿te acuerdas amor, cuánto te gustaba oírme cantar algunas canciones de ellos, te acuerdas cuánto te gustaba su música?, ¿te acuerdas cuantas veces tuve que repetirte estas canciones para que ocupen el lugar de la música con la que llegaste hasta mis "dominios"?, Timo Tolkki se llama el "capo", y me encantaba que te gustara, aunque ahora tus ojos cerrados me digan que no puedes oírlo...

Estaba sentado decía, antes de perderme en otra mentira de la vida, y afuera, en la calle, de pronto, escuché lo que mis oídos morbosos quisieron identificar como un accidente de tránsito, no grave ni nada, como cualquier otro, pero "sin duda" un vehículo se estrelló, no muy fuerte contra otro (mujer ha de ser, escuché sorprendido que decía mi boca, pero hacia dentro), y entre mi pereza de levantarme, pues estaba muy interesado en lo que escribía o leía, no recuerdo que dije que estaba haciendo (¿estaba haciendo algo, o solo lo dije?, ¿otra mentira?, ¿no estaba haciendo nada?) y mi pereza por comprobar lo que ya sabía, es decir que una mujer que demostraba su maldad en cada esquina y que manejaba como en pista de carreras, golpeó con su enorme vehículo y con toda la intención de dejar claramente dicho quien manda aquí, a un pobre hombre que respetaba todas las señales de tránsito y viajaba tranquilamente, sucedió algo que de verdad llamó mi atención más que el probable accidente: 

Ya decidí quedarme sentado en lo mío, pero me hicieron cambiar de idea los gritos, las amenazas, las palabras como cuando una pelea entre varones se prepara, ya sabes amor, lo que en la escuela yo te contaba que decíamos los niños cuando era inminente el enfrentamiento de dos o más niños (al menos por aquí las cosas se encendían con empujones, no cualquier clase de empujón, siempre con el pecho, pecho inflado además; la mirada medio de lado, y medio desde arriba, en lo posible emitiendo sonidos amenazante (¿habremos pensado que eran sonidos amenazantes?.. ¿suponer será mentir?) y todo eso, mas ciertos ruidos como de siseo permanente desembocaba  en "una manito", que no se detenía hasta que uno de los dos sentía sangre en su nariz, o en el labio, y el otro, el que no tenía sangre, pero que seguía indetenible en su "remolino" de manotazos a ojos cerrados, solo notaba que la pelea terminó cuando otro, amigo de éste, le detenía al fin, diciendo algo como: "ya! ya, ya, ya le sacaste chocolate!...". Desde mi ventana (recuerdo que había una canción de la inefable Karina, ¿recuerdas preciosa de mis ojos, cuando encontramos emocionados a Karina después de haberla enterrado bajo años de olvido?, y cómo nos pusimos a entender, recién ahí, mucho de lo que sus canciones decían?),  y bien colocado, como para grabar lo que se reproduciría alguna vez con la sazón del chisme, me instalé y abrí bien mis ojos, que son tuyos mi chiquita dormida.

Pues bien, desde mi balcón (estoy en un segundo piso de casa vieja, es decir, unos seis o siete metros me separaban de la calle, donde una persona gesticulaba y gritaba cosas indescifrables, a pesar de la corta distancia en que lo tenía, y se dirigía además, hacia alguna persona, supongo yo, que se encontraba justamente en un lugar al que mis ojos, por más que se estiracen, no llegaban (otra mentira, en realidad mi propia casa, pues es esquinera, impedía que yo mirara qué estaba sucediendo al virar la esquina, mis ojos no se estiran)... Mi curiosidad fue más grande, ya he dicho que mi casa (otra gran mentira, no es mía) es esquinera, entonces yo podía ir hacia uno de los balcón que daba justamente hacia la calle donde se encontraba el presunto ser humano al que dirigía sus frases incomprensibles el señor al que pude mirar y casi escuchar desde el primer balcón.  

Si mi inteligencia me hubiera acompañado, creo que hubiera hecho todo a tiempo, lo cierto es que cuando llegué al balcón que según yo iba a ayudarme a develar el misterio, las cosas estaban adelantadas, como si alguien (si no tuviera un profundo respeto por dios y sus días -eternos- de descanso, le echaría la culpa a el) hubiera aplastado el botón de adelantar mientras yo cambiaba, lo juro que a toda velocidad de balcón (no estoy seguro, pero creo que es otra mentira, me parece que lo hice con total tranquilidad, como si los hechos me iban a estar esperando para sucederse, así que retiro la jurada).

Lo único que pude ver, eso si con mis propios ojos, era mucha gente (como cuando en efecto alguien choca a otro alguien) o sea, curiosos, desocupados, como yo, y como la Miriancita (la chica que ayuda con los niños de la casa que no es mía) que yacía, desde que inició todo supongo, en el balcón que seguramente le permitió entender el suceso íntegro, entonces cuando llegué, decía, solo vi que mucha gente que hacía el mejor uso que podía de su importante tiempo, corrían. Si, así mismo, corrían como si lo interesante no estuviera ahí, bajo mi balcón el segundo, sino lejos, hacia el Oeste, eran las once de la mañana más o menos, y para la mala suerte de mi curiosidad, era como si algo estuviera alejándose de mi casa y de mi campo de visión mientras sucedía. 
Siempre amor me sucedía lo mismo, ¿recuerdas que cuando yo no salía con mis amigos, siempre había broncas y algo para estar, y cuando yo estaba, la noche transcurría en la más absoluta calma?

Recapitulemos, porque no entiendo nada, y no quiero amor de mis días, que te confundas pobrecita con mis laberintos, te explico los hechos hasta aqui, tal como me contó la Miriancita o an, supongo que por Miriam, como le dice uno de los mil niños que viven alegrando esta casa que ya he dicho que no es mía (otra mentira, no son miles, son dos y a veces tres niños, pero joden como mil...). 

Resulta, mi amada curiosita, y encantada con los chismes del barrio, que un par de noviecitos, colegiales, tenían algún problema, los papás de ella no lo querían a el, longo le decían, es decir, muchas razones tenían para despreciarlo, pues es sabido, a las pruebas de nuevo, que eso de que los seres humanos somos iguales, solo sirve para decirlo, y en voz alta, nada más, bueno, si, perdona amor, me desvié otra vez, ya sabes, perdona, mi resentimiento con la vida, si, está bien, tienes razón, vuelvo al tema. Decía que el longo este, pretendía a la niñita (los papás de la niña no sabían que ellos ya estaban juntos y que se querían) y juntos habían planeado un plan, (juro que en este caso la súper redundancia tiene su razón de ser) que consistía en que el y ella (el será L y ella M, ¿está bien preciosita mía, me sigues?) iban a escaparse de todo, y amarse parasiempremente 

Decidieron que irían al colegio y L, normalmente iba a pasar a buscar a M por su curso, como cada día, pero antes de la hora de salida, pues M. siempre era recogida por sus papás en vehículo (no sabía nadie que ese vehículo era uno de los implicados en el accidente que yo creí escuchar). Bien, resulta que L. estaba muy decidido y no dudó un solo instante en tomar la pistola que su padre escondía bajo un adorno en la sala de su casa (¿otro invento?) y la guardó, "por si acaso", se habrá dicho mirando sus ojos, más decididos que seguros en ese momento, sin saber si el arma estaba cargada siquiera, y menos cómo usarla en caso de necesitarlo, en su maleta, una maleta roja, como cualquier maleta roja de colegial. 

Juntos salieron del colegio, mucho más temprano de lo que los papás de M. debían ir a recogerla así que caminaban tranquilos, nerviosos por todo en general, pero tranquilos en particular, pues equivocadamente pensaban que todo estaba saliendo como se suponía. Los padres de M. decidieron ir a ver a la niña, (no hay mentira en esto, ella tiene para entonces 15 años) antes de tiempo, pues querían llevarla a la ciudad y no había problema, iban al colegio y pedían permiso al profesor nomás. 

En esta ciudad imaginaria, de calles imaginarias y coincidencias reales, L. y M. vieron como el automóvil de los padres de M. se acercaba y no pudieron hacer nada, L. decidió bajar corriendo con M. aprovechando que la calle era -una sola vía de subida-, M. no lucía tan segura ya de lo que estaba haciendo, pero lo amo, habrá dicho y continuó corriendo, casi sin saber qué ocurriría, pues el vehículo de sus padres solo debía avanzar un poco más y encontrar la calle que le permita ponerse en la misma dirección de ellos. 

En el auto iban el papá y la mamá de M. y un niño de unos 3 años, su hermano pequeño. Lo cierto es que justo en mi calle, L. y M. ella casi arrastrada por L. más por el cansancio y la falta de preparación física que por no querer ir con el, deciden curvar y dirigirse hacia el Oeste (te acuerdas amor que te lo decía, corrían hacia el Oeste?, recuerdas que la gente corría hacia allá?), entonces el vehículo, acelerado al máximo en una ciudad de calles relativamente estrechas y llena de tráfico hizo una maniobra apresurada y evidentemente equivodada y terminó golpeando a un vehículo, cuya dueña, ajena a lo que estaba sucediendo no entendía porque ese señor iba tan rápido y la golpeaba, es verdad levemente, pero sin motivo habrá pensado la señora que se lamentaba por no frenar completamente en cada intersección. 

Los gritos que yo escuché y que me hicieron pensar en que a los tiempos iba a ver una "bronquita", eran los gritos del padre que chocó su vehículo y se veía imposibilitado de continuar su persecución, sin embargo, la gente, tomó la posta, además todos estaban alertados" que ese longo está secuestrando a mi hija, no le dejen!, síganle!, es mi hija!..." Mientras esto sucedía, la madre de M. tomó su teléfono celular y se comunicó con alguien, suponemos que pidiendo ayuda...

 Sobra decir que en efecto, la gente empezó a seguir a L. que cada vez más desesperado ante el cansancio de M. pensaba qué hacer, y es ahí que L. decide sacar su arma que no era suya y que ni siquiera sabía que estaba cargada, y apunta con ella a un señor que sin saber nada pasaba por ahí, a menos cero kilómetros por hora (en esta ciudad normalmente se va a esa velocidad, pues más rápido no se puede ver todo de lo que después se pretende hablar, ya sabes amor, los chismes, los de siempre),  y cuando el señor mira el arma que L. trae no siente miedo y forcejea con el, y M. solo llora asustada, pues nunca había visto un arma, además, recién empieza a pensar en lo que puede pasar. 

M. dice, "No, L. déjele, vamos, vamos, no le haga nada". L. no pensaba hacerle nada al señor del carro, solo quería el carro para poder escapar de la gente que se acercaba con claras intenciones de separar a los novios que se iban a escapar para vivir juntos y felices, y M. no podía correr más. La gente casi atrapa a L. pero éste alcanzó a correr de nuevo, pero esta vez, M. había quedado presa-rescatada por la gente, que la tranquilizaba, y le pedía que deje de llorar, mintiéndole que todo va a estar bien... L. no dejó de correr, pues un grupo de gente, mantenía la persecución.

Mi amor qué hago se habrá preguntado L, como si sus palabras pudieran llegar hasta los oídos de M, que no paraba de llorar y de rezar que no sucediera nada más. Mi amor, no se qué hacer, qué vamos a hacer se habrá dicho gritándose, y corrió todavía más... La gente lo seguía, y pronto un patrullero de la policía, que poco antes había recibido la llamada desesperada de la mamá de M. llegaba y se unía a la persecución, que cada vez se tornaba más desesperante para L. que ahora, sin M. a su lado, aunque podía correr más rápido, no entendía muy bien qué es lo que estaba haciendo, por lo que solo siguió corriendo... 

"Y si pido perdón", se le hubiera escuchado decir a L, si es que pudiéramos hacer un silencio suficiente, "Y si les pido perdón a los papás de M y les digo que nos vamos a casar", y si dejo tirada la pistola, y si dejo de correr?, a ver si uno de estos maricones me dice algo, y si les apunto con el arma?... Todas, una sola pregunta en la cabeza de L... ¿Qué hago?.Y todo, mientras seguía corriendo casi sin saber a dónde iba a llegar ni cómo, ni cuando... 

La vida a veces mi amor, se burla de los humanos, o a veces los humanos no entendemos las bromas de la vida, y parece que una sola decisión podría traer consecuencias que uno no se imagina. L. habrá dicho, cuando con ella planeaba su plan, "voy a vivir con mi amor, ella me ama, yo le amo y trabajaré en lo que sea, con tal de estar bien con ella, y los papás de ella, pronto se darán cuenta que no soy malo, que le quiero a la M."... Y le voy a querer hasta el día en que me muera...

La policía cercó a L. que se vio de pronto sin salida, hacia el frente suyo estaba el patrullero, con la policía pidiéndole que suelte el arma, y la gente que esperaba el desenlace de todo este mal chiste. Fue todo muy rápido, varias lágrimas gritaban dentro de los ojos de L. y pedían con esos gritos que se les permita salir, las manos y los músculos le temblaban, "me voy a morir", habrá pensado para si L

Todo fue muy rápido dijo el policía que estaba encargado de este caso, cuando en el noticiero de TV se le preguntaba cómo fueron las cosas. "todo fue muy rápido, no pudimos hacer nada"...




El amó a su niña hasta el día de su muerte, hasta el último segundo de su corta existencia, hasta el momento mismo en que su cerebro habrá pensado su último pensamiento y todo fue muy rápido para todos, pues el disparo del arma del padre de L. destrozó su cráneo y nadie pudo hacer nada para evitarlo, o así más o menos se expresó el policía...

De M. no se nada, de sus padres tampoco, de la gente que "ayudó" tampoco, solo se el nombre del barrio donde L. cometió el pecado de atentar contra su vida, consiguiéndolo al primer intento, o sea, lo que otros no podemos hacer ni reincidiendo y es importante ese barrio mi amor, porque es tu barrio, por ahi era tu casita, donde yo iba a verte cada noche, siempre pasadas las 7 de la noche, y solo hasta, máximo las 10 de la noche, pues tu mami no me quería nada, aunque yo no iba armado... L. tenía 17 años...

.... ¿Tienes alguna duda, ojitos cerrados?, solo dime bonita, yo te invento el final que quieras escuchar, o juntos nos contamos la verdad... 



martes, 5 de mayo de 2009

"Llueve, detrás de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos llueve..."


!!¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?!!


¿Y si te grito que te amo?, ¿y si riego las flores que tus pasos dejan al camino y te beso luego en el jardín?, ¿y si dejo otra vez crecer mis alas, solo para volando llevarte a todas partes?, ¿y si vuelo a donde tu estés para quedarme contigo, cerrando los ojos para el resto?, ¿y si te obligo a abrir los ojos?, ¿Y si fuertemente te sacudo y te golpeo y vuelvo a sacudir?, ¿Y si dejo de tener paciencia y te llevo conmigo más allá de las estrellas?.


 ¿Y si todo es mentira, y ni siquiera llegué a conocerte un día?, ¿y si tus besos, tus sonrisas, tus miradas y caricias no existieron en mi vida?, ¿y si el sueño de tenerte conmigo cada día, no era más que una mentira?, ¿y si el aire que respiro, con las letras de tu nombre, es lo que hace que no vuelvas al escándalo de luces y de besos y colores que te esperan?, ¿y si adivinarme todo oscuro, como sombra de lo que era, hace que prefieras verlo todo desde lejos?, ¿y si la vida es la que intenta mantenerme a tu costado, y si la muerte es la que ríe cuando miro en el espejo un alma que se apaga?, ¿y si dios se cansó de mis insultos y reproches y al final decidió demostrarme su presencia?, ¿Y si lo insulto de nuevo por meterse no conmigo, y por meterse contigo, aunque acertó en el castigo?, ¿y si subo al cielo con mis alas retorcidas y lo mato simplemente (ladrón que a ladrón roba),por hacer que tos ojos se apagaran?, ¿y si mejor lo mato por dejarme la esperanza?, ¿y si me declaro terrorista, hujueputa, y acabo este cuento de terror sin tu risa en mi horizonte?, ¿y si cumplo mi promesa de quererte hasta mi muerte?, ¿y si solamente maldigo todo, y que se acabe el mundo sin mi ayuda?, ¿y si tu esperas que te hable suave al oído, como antes, como siempre?, ¿y si lloras en silencio cuando escuchas mi voz, que tiembla al mirarte continuando mi canción?, ¿y si el silencio que procuro, no es 
tan grande que me deje oírte susurrando?, ¿y si piensas que he olvidado abrazarte por la espalda y dormirnos en cuchara?, ¿y si dormido entro en tus ojos y me quedo quietecito?, ¿y si abrirlos intento desde dentro, como cuando dormida no querías despertarte, perezosa?(perezosa mía, ociosita y dormilona mía, friolenta, quejumbrosa mía, hijueputa, se me inunda la mirada!), ¿y si más te duele seguir ahí, sin mi, sin nadie?, ¿y si mi aguacero, con rayos, maldiciones, gritos y "hachas estridentes" solo te lastima en tu silencio?... 
¿Y si lloro de nuevo?

No es capítulo, la historia continua aparte


Aclarando el panorama

Las palabras que no van precedidas de algo como capitulo tal o capítulo cual, serán solo cosas que suceden en el tiempo actual, y no, como la historia de los zapatos rojiblancos y de Danielita, que datan de varios años atrás... 

Es que mientras cuento la mentira que sucedió en mi vida antes de que mi propia vida cerrara los ojos, así, no de forma definitiva, hay otras cosas que suceden también, y para no contaminar mis recuerdos y mis pasos pasados con nada que oscurezca mi mirada, he decidido expulsar otros demonios, otros fantasmas, más presentes, más futuros, casi nunca pasados... 

Además, el blog solamente es "el hombre que hablaba", nada más, no es como el título original de ese libro, del que copié descaradamente su título de Echenique, "el hombre que hablaba de Octavia de Cádiz". No quiero que este blog deba ser "el hombre que hablaba de Daniela la del barrio", o algo así... Seguirá siendo solamente El hombre que hablaba... 


lunes, 4 de mayo de 2009

capítulo II





Blanco y rojo

Tu no sabías, todavía, Daniela mía, que me amabas, y la verdad creo que ni de lejos lo sospechabas, a juzgar por tu respuesta, esta que ahora, ya muy tarde creo, reclamo, ese "Cállate imbécil" que tus ojitos lindos dejaron salir, aunque tu boca permaneció inmóvil y silenciosa, y aunque detrás de esas palabras, había otras que tu no podías ocultar, como si pudiste ocultar, retener y ahogar lo que tu garganta luchaba por expulsar: "hola", solo era eso, es verdad, pero nos hubiera ahorrado tanto... 

En fin, continuo... Estaba contando que un día entré casi sin saber lo que me esperaba, a una tienda, almacén, como gusten, en el que tus papis, Danielita mía, eran dueños, y tu, tan educadita y "de casa" como eras, atendías, vendías, atraías a un sin fin de mocosos como yo, que lo que en realidad queríamos era mirar tus ojos y adivinar lo que no decías, porque eso si, nunca una muestra de interés, nunca una sonrisa, a menos que alguien termine en el suelo de repente, nunca a menos que fuera una carcajada descarada, como de niño, y bueno, no me quejo, debe haber sido porque eras una niña, mi niña, niña de este niño que creía ser adulto. ¿O siempre fui así de adulto y no lo sabía, aunque lo sentía?. No se, bueno, lo cierto es que ni yo era el único que pretendía mirarte por dentro alguna vez, ni tu eras "mujer" de coqueteos, al menos no los que uno espera, ni tus padres hubieran visto con buenos ojos mi locura, más bien en mi hubieran visto la ocasión de convertirse en verdaderos Capuleto, dando por hecho que yo era un Montesco, ni mi forma boba de actuar en cuestión de mujeres era la apropiada para lograr, por el momento algo más que un "cállate imbécil", y por último, ni yo pedía más, o sea, era feliz así, con eso, con esa mirada tuya Danielita brava, como si me odiaras.. Pobrecita linda, no sabías que ya me amabas.

Ahora que lo pienso, tengo una duda: La idea que tenemos del amor, así como es, de donde nos viene?, ¿qué me hace a mi niño, querer determinadas cosas de una niña?¿que hace que ciertos rasgos físicos y no-físicos me signifiquen algo más?, ¿qué, en definitiva, hizo esa vez, que yo quisiera volver a verme dentro de tus ojitos Danielita?. Y luego, ¿porqué pensamos que el amor, debe ser de determinada forma?, ¿porqué exigimos tanto?, ¿porque pretendemos que otra persona nos ame como nosotros creemos que debe amarnos?, y ¿porqué, si es que nos exigieran lo mismo, pensaríamos que no es justo?...

El día que te miré y me miraste llena de amor aunque no lo sabías, yo regresé a mi casa, con la media de lark, quince panes, una libra de azúcar para el café y el desayuno del siguiente día, y con una emoción bastante parecida a la que sentí cuando la "Pepita Q" me dijo que yo era un niño lindo, por allá cuando yo tenía unos ocho años y ella unos catorce. Más claro, yo pensaba que nada ni nadie iba a poder interponerse entre Pepita Q y mi amor inmenso, y que con solo el pasar de años, ella, Pepita Q y yo nos casaríamos (porque claro, el matrimonio es la finalidad del amor, así aprendí y como parecía un sacrificio de esos que los héroes hacen por amor, yo lo haría, solo por Pepita Q...), pero ese día, sentí que Pepita Q y todas sus palabras, que tampoco fueron más que las que quedan dichas, se deshacían, se derretían, desaparecían paso a paso, y mi casa empezaba a mirarse a lo lejos, y Pepita Q, era ya, después de tres cuadras, un lejano recuerdo de mi inmadura existencia infantil, porque les recuerdo que yo era todo un hombre de trece años, y por mis manos, habían pasado ya muchas mujeres, y todas desnudas y todas mías, solo mías. 

En la escuela, las "porno" eran como un tesoro, cuando alguien, uno de nosotros: el 4to A, o el 5to A, o peor, el 6to A ( o sea, ya dueños de la escuela) llegaba con una de esas enciclopedias del sexo (no me imagino todo lo que debió haber hecho para poder llevarla a la escuela y convertirse en héroe de todos por ese día), cuando alguien llegaba con una de esas "cosas", el rumor empezaba a regarse incontenible, y la emoción en los ojos de todos los amigos-compañeros me daba la medida de que tan "buena" estaba esta nueva revista, y claro, solo había que hacer unas pocas gestiones, menos burocráticas de lo que suena, (no siempre era un servicio gratuito) para que esas mujeres llegaran a mis manos, y mi mente se llenara de esas imágenes violentas. 

Claro, eso lo digo ahora, porque mucho puedo entenderme ahora. En ese tiempo, era la gloria, y mirar esas fotos (que bueno que casi no pude ver videos en ese tiempo) me llenaban de una emoción más que adictiva, mi estómago como apretado gratamente, mis manos temblorosas, mi incipiente sexualidad, aunque mi cerebro no interpretaba muy bien lo que significaba esas prematuras durezas automáticas, todo era mágico, pero lo reconozco, todo deformaba una idea, quiero decir, nunca esas imágenes tuvieron algo que ver con el amor, en ese tiempo, ahora lo se, se dividieron en mi cabeza las mujeres: Las que hacían eso y las demás, en las demás estaba mi mamá, mis hermanas y mi Danielita mía, solo mía...

Llegué al punto de las revistas, no por puro gusto, sino porque creo que algo de lo que me sucedió luego, tiene que ver con esas ideas que se instalaron en mi cabeza, no solo respecto al sexo, sino a las mujeres. Decía que el amor, en mi cabeza y a esa edad, nada tenía que ver con el sexo, o sea, las mujeres que hacen eso, no pueden ser amadas por mi, y más grave aun, el sexo nacía en mi cabeza desprovisto de amor, huérfano de ternura, sin suavidad, sin ingenuidad. El sexo era como para decir "toma esto!, y esto!, y esto!"... No podía ser algo que llene mi mirada al mirar sus ojos llenándose de mis ojos.

No me convertí en un Camargo cualquiera, no pasa nada, solo explico lo que pensaba en esos años, cuando yo tenía unos trece años y las mujeres que hacían eso no podían ser amadas, porque simplemente había dos tipos de mujeres, las buenas y las malas. Las buenas se pueden amar y querer, las malas son las que están en esas fotos. Siento algo de vergüenza, porque a pesar de declararme siempre muy ateo y poco respetuosos de las "enseñanzas" de la "santa madre iglesia", veo que en mi cabeza de niño (y no se cuanto exista aun) me había aprendido la lección. En resumen, el sexo era malo, o al menos no era bueno, o no era lindo, no era bonito, no podía ser mágico, ni mágicamente tierno y bonito. Mi cabeza estaba mal, y yo era un buen alumno... 

Mi cabeza, se llenó de fantasmas desde muy temprano. No quiero decir fantasmas fantasmas, sino, de ideas erradas, prejuicios torpes, taras mentales como dice una amiga con mucha razón, y cuando deseché a los fantasmas de los demás niños, me llené de otros, que creo, a juzgar por muchos resultados, resultaron peores... Nunca creí en cucos, ni fantasmas, pero de verdad, yo era de esos niños que podían estar a oscuras en cualquier parte y escuchar cosas raras sin ningún problema ni trauma posterior, no creí en papá noel, no creí en dios, es más, en la escuela era algo así como un anticristo pata algunos curuchupas maestros que no podían evitar que les hiciera ciertas preguntas incómodas, no solo a ellos, que al final, ya tenían su "fe" formada, sino a mis compañeros que la estaban recién formando.

Sobra decir que eso me trajo algunos problemitas con el director de la escuela, que sin embargo, y le agradezco hasta ahora (gracias señor Jácome) no me impidió dudar del dios de todos por obligación, solo me pidió que respetara lo que creían en otras casas. "Pero señor Jácome, no existe!, es mentira, la bilbia la escribió un ser humano y los humanos mienten y solo quieren pata, como los curas"... El señor Jácome me dijo que si, pero que deje que los otros tengan la fe que quieran, no se si lo entendí o solo preferí dejarlo así, para no tener problemas, pero sirvió...  ¿Que me diría el señor Jácome ahora?, el sigue siendo profesor, y mi poca fe en ese dios solo ha crecido... 

¿Qué tiene que ver esto contigo, Danielita mía, niña aun en ese tiempo?, buena pregunta, déjame ver, te lo explico, pero antes entérate que tu eras mi sueño de niño, que tu uniforme de falda blanca y medias blancas y camisa blanca, de chaleco rojo e incómodo y saco rojo, tu uniforme de zapatos blanqui-rojos, entérate que ese uniforme y tu caminar me sacaron de la cabeza a la ingrata Pepita Q, que solo me dijo una vez años atrás, que yo era lindo y que no calculó cuanto significaron esas palabras para mi, fuiste tu mi niña malcriada y brava, tu la que me hizo sentir que el amor era un fantasma en el que valía la pena creer, aunque 
ese si asustara... 

"¿qué cosa fuera..."?



Esto que a continuación se lee no tiene ( o si?) mucha relación con la historia que estaba contando, Es solo algo que a alguien le nació y que creí, no se si pertinente sea la palabra, pertinente incluirlo aquí. Se me ocurrió dejarlo tirado en este moderno papel, antes de que el no-moderno papel sea testigo de la muerte prematura de su original... 




¿Eres?,¿existes?

Amor, si fueras aire y respirarte,
y si fueras, Amor, vino y beberte.
Si fueras sombra para no perderte, 
o si fueras camino y caminarte.
Amor, fueras cantar para cantarte.
Fueras hilo en mis manos y tejerte.
Que mi alimento fueras y comerte, 
si fueras tierra, Amor, para labrarte.
Si fueras para más que para amarte:
Amor, Amor, Amor, si fueras muerte...