Llegará el día

... Solo por la leve sospecha, por la melancólica, nostálgica, absurda e invencible esperanza de que despiertes un día, y decidas adornar mis letras con la magia de tu triste mirada...
Solo por eso, solo para eso, como todo, como siempre, estoy aquí...

viernes, 8 de mayo de 2009

¿Cómo puedo titular esto?

Hoy no pensaba regar ningún intento de reconciliación con el mundo, pues estoy medio dedicado a hacer en mi cabeza el capitulo III de la historia que me estoy contando, hoy no quería, de verdad, ensuciar este suelo inmaculado con la suciedad que traigan mis zapatos, esperaba resistir los deseos de matar los fantasmas que rasguñan mi cabeza desde dentro, no quería esperar que por estas letras tus ojos deambulen un día, no quería. Porque querer eso es tener esperanzas, y hoy no tengo ni una.



Es que todo iba bien, pero desperté.








Me mirabas, abrías tus ojitos cerrados para siempre, los abrías y me regalabas esa mirada que siempre me decía que todo está bien, y yo que solo quería mirarte, solo quería beber tu mirada, embriagarme hasta la inconsciencia, emborracharme de dicha, no quería nada más, solo mirarte la mirada, solo entrar otra vez en tus ojos y ahora si, sobrevivir lo que venga, pero con la certeza que mi lugar está ahí, dentro de ti.

Eso era suficiente, que me miraras, era más que suficiente, no pedía nada más, pero la vida me daba más: dijiste hola amor, me hablaste!, me dijiste amor, me miraste y tu voz, que en ese momento me di cuenta de que la recordaba perfectamente, entró por mis oídos limpiando todo a su paso, tu voz llegó a mi cerebro asustando a todos los fantasmas que moraban ahí desde que decidió ese dios vengativo que tus ojitos debían cerrarse para mi, para siempre aunque yo no lo crea. Para siempre aunque sea mentira, como la vida...

Me miraste y era más que suficiente, era lo que había pedido cada noche desde ese día, y no conforme con eso, que era demasiado para mi miedoso corazón, me hablaste, y la dicha tuvo un significado en mi diccionario, y empezaba a olvidar lo que la tristeza quiere decir, y empezaba a borrar de mis archivos lo que la desesperación de verte y saberte y no poder besarte era, lo que saberte cerca y no poderte estrechar con mis brazos tuyos era. Con estos mis brazos tuyos de siempre...

Estaba perplejo, incrédulo, tembloroso como un temblor del alma, miedoso como quien cree estar delante de una trampa en la que de anteman, sabe caerá, aunque se resista, y de pronto estaba entregado al sueño. Todo el miedo y lo malo cambiaba: las lágrimas se confunden con las palabras, las miradas se nublan con las lágrimas, la garganta se enreda entre tanta palabra, tanta emoción y tanta alegría mojada, como antes mojada, como antes con lágrimas, la alegría llorando, y te abracé... ¿Sabes lo que fue, abrazarte y sentir tu abrazo?, ¿tienes una leve idea de lo que mi cuerpo cansado de las mañanas y yo, sentimos con tu abrazo?... La vida debe sentirse así me dije, esto que siento es la vida me dijo el espejo, a los tiempos que lo visito, y solo porque quería verme feliz, quería reconocer en mis ojos la felicidad que estaba dentro y bien escondida del mundo por tus ojos cerrados... 

El espejo me miró, es verdad, y una voz me dijo que no lo hiciera, que no mirara dentro del espejo, que mantuviera mis ojos cerrados, que no era una buena idea, que primero te bese, que primero te de un beso, de esos que antes nos dábamos, esos no solo míos como los de este tiempo, sino uno de verdad, uno de los dos, un beso nuestro, un beso juntos... 

El espejo me miró, decía, y lo que vi fue el anuncio de lo que iba a pasar apenas abriera mis ojos... Cómo odio el mundo a veces, cuando abrí los ojos y me supe apenas despierto tuve deseos de morirme. Pensé que cerrando los ojos muy muy fuerte, a lo mejor volvía a dormirme, y alcanzaba a pedirte que me retengas ahí, contigo, y que me beses por favor mi amor, y que no sueltes mi mano y que me ayudes a mantener los ojos cerrados para no despertarme, pero no pude... El sol y su complicidad con la vida hería mis párpados cerrados con luz. Maldita luz de vida que me mataba...

Todo iba bien pero desperté


Todo el día he tenido la imagen de tu voz, ¿lo puedes creer? dentro del cerebro, todo el día he creído escucharte de nuevo, en la tarde quise convencerme que una siesta ayudaría, pero no pude entrar al mismo lugar, ya estaba cerrado, no dormí sino unos minutos, solo para corroborar que la puerta estaba cerrada de verdad. Esta noche pienso seguir con infantil exactitud los pasos que anoche me llevaron a ese mundo tuyo donde me hablaste después de mirarme enamorado de tu mirada... 






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo quisiera que alguien me ame así como para quedarse conmigo aunqe mis ojos no quieran abrirse mas.
Un beso... me gustó esta entrada

martin romaña dijo...

Hola, bienvenido/a... No se, la verdad solo tengo dudas sobre el amor "y otros demonios". Como con cuestiones de dios, prefiero ser Dudante a creyente, sin embargo siempre hay algo que empuja a creer... Y claro, en este caso, el sueño se alía con las "fuerzas malignas del amor", ja ja, para hacer de las suyas... El sueño si lo tuve, no fue tal como lo cuento, pero la escencia es exacta... el amor no se si lo tengo, ya lo veremos un día, y ojalá pueda contarlo yo en este mismo espacio...

Saludos y gracias, vuelve pronto